La comprensión de las necesidades de formación de las personas destinatarias y de su realidad diaria de trabajo, son cruciales para el éxito de la formación. En esta fase, buscaremos una visión clara de las competencias técnicas y/o de los comportamientos exigibles a los participantes a quienes se dirige la formación y para que tal se verifique, nos obligamos a dominar claramente el campo de fuerzas que caracteriza el nivel de desarrollo actual de los destinatarios de la formación, así como identificar el nivel deseado y los objetivos a alcanzar en la acción formativa, en su dirección.
En esta fase consideramos crucial definir criterios de evaluación de la acción que posibiliten comprobar su eficacia, durante y después de la realización del proceso formativo.

Con base en el diagnóstico anterior, forcerebrus concibe y planifica la acción de manera que se alcancen los objetivos propuestos, en colaboración con el responsable del pedido de dicha formación. Se define la forma como trascurrirá la acción de formación, los métodos de trabajo pedagógico, respectivas técnicas y medios a utilizar, así como se estipula el plano da acción y su itinerario pedagógico (currículo del curso). En los Deep Courses, son concebidos assessments a efectuar al final de cada módulo, para evaluar así la formación en continuidad.
Metodología pedagógica que presentamos en Sala a nuestros participantes, además de ser considerada por nuestros Clientes como muy Innovadora y Eficaz, se caracteriza por una Pedagogía Activa basada en lo presentado en las Técnicas de Aprendizaje Rápido (“Accelerated Learning”), lo que transforma el acto de la formación en un momento lúdico y participativo, al encuentro de los objetivos de formación previamente definidos.

Es la fase en la cual, el objetivo es introducir el cambio en el nivel de conocimiento, actitud y/o comportamiento.
A través de la acción de formación se pretenden eliminar las fuerzas que se oponen al proceso de cambio, facilitando el proceso de des-cristalización y re-cristalización, en un nivel de desarrollo superior y de acuerdo con los objetivos previamente definidos. Es la fase de implementación de la concepción desarrollada en la fase anterior.

Cuando el participante en la formación vuelve a su local de trabajo del día a día, otras fuerzas (la rutina y los viejos hábitos) tienden a forzarlo para el nivel anterior.
Para evitarlo, algún tiempo después de la realización de la acción de formación y con base en los criterios de evaluación definidos en la fase 1, se deberá efectuar una pre-evaluación de los resultados de la formación, verificando hasta que punto fueron, o no, alcanzados.los objetivos previamente definidos

El objetivo de esta fase, es el de cristalizar en la pos-formación, garantizando el mantenimiento del nivel de desarrollo superior alcanzado y eliminando las diferencias detectadas en la fase anterior.
En el caso de que el responsable de formación opte por no efectuar la preevaluación (fase 4) aplicable en la mayoría de los casos, los follow-ups y/o acompañamientos nos permiten evaluar, aunque con menor rigor, hasta qué punto la acción formativa está o no siendo eficaz, tomándose las medidas correctivas necesarias.

Los follow-ups y/o acompañamiento tienden a ser efectuados en la sala de formación, aunque preferentemente, deben ser efectuados en el local de trabajo y durante el desempeño normal de las funciones de las personas a quienes se destina la formación. Se procura que los jefes formen parte integrante del proceso de acompañamiento.
Esta última fase asume una particular importancia en la puesta en práctica y éxito de la acción de formación efectuada, ya que la ausencia de ésta, puede transformar la formación en un coste, en vez de en una inversión Desde nuestra perspectiva, el acompañamiento del proceso de cambio constituye un elemento integrante del proceso formativo de importancia similar a la formación en sí.

A partir de los criterios definidos en la fase de diagnóstico, se hace necesario evaluar los resultados alcanzados en todas las fases del proceso formativo, de manera que se pueda comprobar si fueron satisfechas las necesidades previamente detectadas.

Esta fase, está normalmente a cargo de una tercera entidad, una vez que por una cuestión de ética nos abstenemos de juzgar nuestro propio trabajo.

Después de poner en práctica el Proceso de Formación, las competencias son trabajadas para que sean adoptados nuevos comportamientos de excelencia que faciliten, ayuden y mejoren las competencias preexistentes.